Cielo en calma.

Bohemio meditabundo, sin patria ni bandera
peregrinando por los aledaños de mi pasado voy,
sembrando la senda en la que labrando mi futuro,
paso a paso, en mi lento deambular por los entresijos
de la vida, voy forjando la esencia de mi destino.

Como héroe sin leyenda, con cielo en calma y mar azul,
cabalgando en las olas del amanecer, camino por la orilla
de mi presente tras la sombra de mis pasos, con mi corazón
en bandolera voy buscándote bajo los cimientos que sostienen
la vigilia de la mañana, donde ocultas en el tiempo, se ciernen
olvidadas, creencias paganas en las que güijas, runas y arcanos,
predecían los designios del futuro, agitando las mareas de mi destino,
recordándome a cada paso que doy tras el umbral del amanecer,
que soy todo aquello por lo que un día luche.

Cuando los primeros rayitos de luna se bañen en un rincón
de la alberca y en el crepúsculo del silencio hables con la noche,
cuando en el susurro del viento que acaricia tus sentidos,
me sientas tan presente como ausente, sentada en el zaguán
de mi buhardilla, escucharas mi soliloquio.

Cuando en el reposo de tu tempestad, la madrugada se tiña
de calma serena tejiendo tus sueños, alzando la mirada cierra
tus ojos para búscame en el firmamento, leerás mis versos
escritos en las nubes, no llores por mi, sonríe a las estrellas,

ellas serán la luz que te guíe en las tinieblas.