Me enerva, me estremece, llega a enloquecerme
sentir esta tu sed loca, que clama por mí.
Despierta en mí el hambre voraz
que buscara ávida tu insaciable sed.
Sumérgete en el pozo de mi cuerpo
y te saciaré con el agua fresca
que emana de cada rendija
del manantial de cada poro
que nace de mí.
Te calmaré con miradas cómplices
la sed de tus ojos,
la de tu boca con besos nuevos
creados para ti,
la de tu cuerpo con el calor de la pasión
que me contagias tú,
y la de tu alma la apagaré con el amor
incendiado que ya te tengo.
Ven, ven a mí, llega...
también siento sed, sed infinita de ti,
y así; mi agua apagará la sed de tu fuego
fundiéndose en un abrazo tu ardor en mis brasas.
Sino... moriremos los dos
¡Sedientos!.
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