Marcharé al amanecer,
con ojos cansados de ver tanto,
con testimonios de una espera que no existe,
con derrota y más derrota.
Marcharé al amanecer,
cuando no haya ruidos
que impidan aceptarme,
cuando los pájaros se despierten
de sus sueños confusos en la distancia
y yo no sepa lo que es mejor,
para que tarde o temprano deje de recordar.
Marcharé al amanecer,
mientras las olas se arriesgan
a rechazar su dominante mirada,
mientras los bosques
tiemblan ante una sospecha
que apenas conozco.
Marcharé al amanecer,
secando lágrimas de papel reciclado,
abrochándome a un camino que me haga olvidar.
Marcharé al amanecer,
como todos mis intentos nulos,
como cuando quise empezar de nuevo,
desde cero y no lo conseguí.
Marcharé al amanecer,
esta vez estoy segura
y el sol protegerá mis rayos
porque ahora nada puede ocultar
que persiga por fin mi sueño
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