Octubre esparce, con las caricias de su suave viento,
Las tristes hojas áureas con total desconsuelo,
Y en cada hoja que cae lentamente al suelo
Se escucha el grito fatal de mi sentimiento.
¡Qué dolorosa paz de este distanciamiento de ti!,
De mí, de todo lo que ahora ¡es sólo duelo!
¡Qué tristeza indescifrable al contemplar el cielo!
¡Dónde el viento se lleva al infinito el pensamiento!
¡Cárcel de la ausencia donde estoy contigo y sin ti!,
¡Dónde mi cuerpo se estremece al sentir la caricia soñadora de un sol lejano!
¡Camino largo y amarillo de la vida donde sigo vagando!
Bajo un sol opaco que mis penas enaltece,
mientras voy a tientas a la deriva ¡sin tu mano!
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