jueves, 2 de septiembre de 2010
a fantasía, da lugar a una leyenda de pescadores,
más allá de los arrecifes,
monstruos marinos, viviendo en las profundidades del océano,
algas extendidas, ocultando mundos con bellos paisajes,
ciudades tragadas enteras hace miles de años.
Los pescadores, buscan continuamente hallar ciudades perdidas,
quizá, no por sus tesoros,
sino por sus inquietudes dormidas.
Bellas, delicadas, hermosas mujeres,
se ocultan en cada amanecer,
cuando la tarde muere,
y el sol en el horizonte cierra sus ojos,
para que ellas abran sus puertas.
Vestidos mágicos, blancos, brillantes,
envuelven sus cuerpos como palomas,
vagabundean con rostros angelicales,
entonando canciones,
subiendo a las lomas de los montes.
Contemplan el mundo,
expuesto a la intemperie,
soplando sus dulces labios, miran al cielo azul
sonriendo como nadie,
extasiadas de la hermosura.
¡Qué bellas damas!
Quien las mira ,
buscará hasta el fin de sus días
poder volver contemplarlas.
Bajan hacia los riscos,
cuando llega el alba,
sus almas perdidas,
se vuelven amargas,
pasó otra noche,
regresan detrás de los arrecifes,
a su mundo en calma.
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