jueves, 2 de septiembre de 2010
Ahi está, inmóvil como estático reloj
sin agujas y de números ausente.
Su alma tambalea pero aún late,
renaciendo entre penas y dolores.
Perdida la mirada entre la espesa bruma
en un atardecer de lluvia y con nostalgia.
Ideas que fluyen, infinitos destellos ocres
iluminan su mirada triste, ansiosa de luz.
Es el intervalo entre dos momentos:
Una fuerza la impulsa al cambio.
El pasado se diluye y va surgiendo
avasallante el futuro con latir de soles.
Disipada la bruma, sus ideas aclara
y con resueltos pasos la marcha reinicia.
¡ Ahora a Vivir !
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