martes, 8 de febrero de 2011
Navegante solitario
Y cogió una cáscara vacía
Le puso un palo y una vela
Una cerilla encendida como centinela
Y al Atlántico se echó, un fresco día
Un tímido timón lleva de guía
Una guitarra llorando, cantinela
Como camisa, un mal trozo de tela
Como futuro ? Un mar de poesía
En los confines del mar en noche oscura
Tenía como testigo el firmamento
Y el lienzo estrellado allá en la altura
Servible a su alma de alimento
El cuadro completaba su hermosura
Con las caricias de las velas con el viento
Hermoso amor fundido de ternura
Base de tan temible singladura
Para olvidar que llora el pensamiento.
¿Donde estás ausente verdad esquiva?
¿Donde estás perdida soledad?
¿Asida en el timón?. ¡Te siento viva!
Instalada en un alma a la deriva
Que surca en su vivir. La eternidad.
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