martes, 31 de agosto de 2010
Las olas de todos los huracanes golpean contra la amistad sincera,
Más no hay tormenta que doblegue el lazo de la mano compañera.
Tu apoyándote en mi y yo en ti por caminos sinuosos anduvimos,
Reímos en cada aventura, en cada cruce violento del destino.
Así seguiremos nuestra epopeya, regada de atardeceres y ceniza, Seguiremos amigos por siempre, juntos y acompañados por la risa.
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