lunes, 13 de diciembre de 2010
La belleza
Lo han dicho casi todos los poetas,
y lo han creído quienes no lo son;
cada cual, en su propia dimensión
lo define, formula o interpreta.
Ocaso, luna, rosa…, la espoleta
detonadora de cada explosión
de la hermosura, de la seducción,
que hacen al hombre simple marioneta.
Forzados a la búsqueda incesante
del arte, el ritmo, la verdad, la amante,
nos movemos por hilos dirigidos.
Ni en la noche, la flor, o las estrellas,
la auténtica belleza no está en ellas,
sino entre la ilusión y los gemidos.
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