Ni un mínimo guiño me lanzas.
Es tu orgullo de niño el que ralla mi alma.
Se clava mi mirada en ti. ¡ Te escapas!
Corto la corteza y sangra un golfo.
¡Te marchas!
Ni siquiera me miras al pasar.
Yo, grapada a tu corazón y tú,
te balanceas
Vienes Te vas
Me cuesta creer que tengas tanto poder
para conseguir que muera
cuando el alba
rompe la espina el sol
y sola se queda mi alma.
Ella está bañada en tus ojos
Esos que reflejan un encanto especial.
¡Sólo vanidad!, quizá...
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