No somos diferentes

No somos diferentes
nos parecemos demasiado
desde los ojos, desde los cabellos
hasta la punta de los pies.
Coexistimos exactamente iguales
en la misma forma en la misma naturaleza,
volamos con las mismas alas,
con idéntica fragancia y exacta libertad.
Miramos la luna con los mismos ojos
nos amamos de noche y en silencio,
con las mismas manos
sin diferencia,
entre tu cuerpo y el mío.
Tus labios son los míos,
mis senos son los tuyos,
me entregas tu cuerpo
mientras yo te doy el mío.
Cuando el resto de la piel
se nos enreda entre las manos,
al aliento del labio al labio
al sudor de cuerpo a cuerpo.

No existe sentimiento ajeno
entre dos amantes,
entre dos mujeres
que son ciertamente iguales,
en el propio cuerpo
en la caricia y el calor
cuando recorres mis adentros,
al saborearme el encuentro
por qué no somos diferentes,
en la apertura del sexo
después de todo;
cada noche y cada día
seguiremos siendo carne,
pasión y vida sin ninguna diferencia,
simplemente humanas, iguales
muy iguales
no somos diferentes
tan sólo…
Nos parecemos demasiado.